Archivos diarios: 14 abril 2016

Los nadies y la República

Hoy celebramos otro año más el aniversario de la segunda república en España. Algunos, no sé cuantos realmente, ansiamos la llegada de la tercera república. No queremos seguir siendo súbditos, siendo vasallos de un rey impuesto. Dios no pone ni quita rey, dios no es más que un ente donde cobijarte, que cubre tus miedos, que justifica tus errores. No quiero ni bastón para andar en forma de dios ni rey que me tutele sin haberle elegido. Los niños necesitan tutores, los hombres y mujeres como mucho necesitamos gestores.

Un año y un día después del fallecimiento de Eduardo Galeano «los nadie» seguimos exigiendo tener voz, necesitamos ser oídos, necesitamos ser vistos. La base sigue soportando el peso de la sociedad, dejemos que los castellets se derrumben, no queremos altas almenas desde donde el jerarca mira de soslayo a su pueblo. Somos adultos, no necesitamos tutelas. Nuestros errores los pagamos, nuestras ignorancias las debemos asumir. La libertad de equivocarse es inherente a una sociedad adulta. Pero desde luego lo que no es de recibo es que por linaje haya alguien que tenga unos privilegios por encima de los demás. «los nadie» somos más, somos la mayoría. Lástima de no tener conciencia de «nadie», lástima creernos algo, alguien. Que listos fueron al llamarnos clase media, burguesía, que hábiles al ensalzarnos. Seguimos siendo «los nadie» pero es una pena no asumirlo, no creerlo. El día que «los nadie» recuperemos conciencia de clase, de mayoría, de realidad pondremos los pies en el suelo y no necesitaremos mirar hacia arriba para ver quien domina o manda, será nuestro el poder, nosotros seremos el poder. Mientras seguiremos en ese mundo de «Matrix» que tan bien han diseñado los estrategas del capital. Seguiremos siendo «los nadie» en un sueño de democracia mentirosa en el que las cartas están trucadas, marcadas, por las grandes corporaciones. Naipes que pensamos nos dan buena jugada pero cuando nos damos cuenta la banca ha tenido una mejor mano. Ciegos aburguesados, mansos engreídos, ovejas adiestradas bajo un manto mentiroso que nos hace creer que somos libres.

Una república no nos hará mejores, más libres, más solidarios. La palabra no es más que eso. Pero evidentemente es un paso para ser más humanos, más adultos, menos vasallos y más responsables. Al final todo lo que somos es lo que nos creamos, nadie vendrá a regalarnos nada pero déjennos equivocarnos.

Viva la república en cuanto nos debería hacer más iguales, viva «los nadie» por que somos la mayoría aunque aún no seamos consciente de que estamos en ese saco.